domingo, 12 de agosto de 2012

Historias pasadas por alcohol


Foto tomada en una de mis fiestas de cumpleaños en la década de los 90's. Mis amigos allí bebían y yo no pasaba de dos cervezas. En la imagen aparezco junto al actor Pedro Olarte

Nunca me ha gustado la gente borracha. No conozco a nadie que se vea “bonito” con una sobredosis de alcohol encima. Toda mi vida he visto reacciones y comportamientos de todo tipo de personas borrachas. Algunos se ponen románticos, tanto, que acosan sexualmente a la gente. Otros se ponen cómicos y resultan ser los payasos de la noche. Pero creo que los peores son los que les da por llorar, contar sus penas y deprimirse en público, ya que el ratón moral del día siguiente no se lo aguanta por ventilar en público sus problemas. Los más peligrosos se ponen agresivos y quieren pelea; mientras que los más inofensivos son los que se quedan dormidos en un rincón, regularmente con una pose imposible de imitar.

Siempre he pensado que cuando uno quiere festejar algo, no es necesario hacerlo con alcohol, y en caso de tomarse unos tragos, la bebida no debe dominar a uno, hay que saber controlarse y ponerle un límite a la “empinadera de codo”.



No conozco a la primera persona que se vea "bonita" borracha o que no haga el ridículo en público


Creo que tengo un trauma infantil con los borrachos, porque definitivamente hay cosas que te marcan de niño y aquí va el caso que me hizo analizar las actitudes de los seres humanos bajo efectos etílicos. Recuerdo que un día mis parientes iba a celebrarle el cumpleaños a un familiar. Desde horas de la tarde, y mientras se organizaban las mesas y se limpiaba la casa, el agasajado había comenzado a tomarse sus primeras cervezas y cuando la fiesta arrancó a las 9:00 pm, no se le entendía el habla y ya andaba muy mareado debido a la cantidad de “rubias” que se tomó.

A medianoche, cuando le fueron a cantar el cumpleaños, estaba todo torcido en un mueble durmiendo la “pea” y a los invitados les tocó tomarlo por los hombros, llevarlo a rastras y pararlo frente a la torta porque no podía mantenerse en pie. Terminó orinadose la ropa, vomitó en plena sala mientras la gente bailaba y quien menos disfrutó la fiesta fue él. Lo más triste es que fue la burla de la noche, le tomaron fotos con el pantalón mojado de “pis” y después del vomito, la gente optó por irse, no sé si por el bochornoso acto, por el olor del vomito o porque no soportaban ver al cumpleañero en ese estado.
Recuerdo que al día siguiente, mientras se limpiaba la casa, la familia comentó lo sucedido con cierto dejo de pena y entonces le miré los ojos a mi mamá y le dije: “¿sabes qué? Nunca voy a beber hasta quedarme borracho, no quiero hacer el ridículo, ni que la gente se burle de mi como le sucedió a él”
Y hasta la fecha, he cumplido con mi juramento...bueno...casi...porque bebo alcohol socialmente, sobre todo vino, un par de cervezas o un vaso de una que otra bebida. Pero eso sí ¡Sin llegar a perder el sentido, ni emborracharme!
Pero la intención de mi escrito no es hacer una crítica porque siento que me estoy tornando muy serio, ni tampoco pretendo burlarme de nadie, sino para contarles varias anécdotas graciosas relacionadas con borracheras.



Foto de una de las reuniones ochentosas. En la imagen aparece uno de mis compañeros de liceo ya mareado, creyéndose Presidente de la República y dando un mítin

Las primeras...
Como todo adolescente, mis compañeros de estudios y amigos cercanos experimentaron con el alcohol y las situaciones vividas junto a ellos parecen más escenas de filmes cómicos que hechos de la vida real.
Entre las tantas anécdotas, hay una que recuerdo con mucho cariño, pero también me produce mucha gracia a pesar de los años. Corría la década de los 80's y un grupo de amigos del liceo nos íbamos a “El Eneal” (un poblado larense), a una granja que tenía la Familia Gutiérrez Cárdenas.
Eran unas reuniones estudiantiles muy sanas, o sea, cero drogas o sexo, pero si había mucha cerveza, que se tomaba al ritmo de la música de Melissa, Supertramp o Scorpions, que llevabámos en casettes.
Hasta cargábamos con un Betamax para ver en ese lugar las películas de Freddy Krueger (Pesadilla en la Calle del Infierno) o “Martes 13”, que estaban muy en boga para la época, y de noche estábamos asustados pensando que uno de esos asesinos de los filmes podía atacarnos mientras dormíamos.
En el grupo hay dos Carlos (digo “hay” porque aún somos un grupo de amigos que nos hemos mantenido en contacto por años) y uno de ellos, Carlos G, hizo un juramento una de esas noches cerveceras. Aseguró que el primero que se durmiera de la “pea”, sería maquillado como un travesti y fotografiado, para después mostrar las imágenes públicamente en el “Colegio Diocesano”, donde estudiábamos todos. Durante toda la noche nos repetía y amenazaba a cada rato que el primero en caer, sería maquillado.
Arrancó la bebedera y entre chistes y bromas, el primero en quedarse dormido por exceso de alcohol fue el mismo Carlos G.
Recuerdo que para la época estaban de moda las famosas “pinturas mágicas”, que eran unos labiales color verde, pero que al hacer el contacto con la piel, se tornaban color rosa fosforescente.
Pues, apenas el muchacho se acostó en una hamaca a pasar la borrachera, alguna de las chicas sacó el dichoso lápiz labial y, entre todos, comenzó el proceso de “maquillaje” y “embellecimiento” del borracho adolescente.
Le hicimos unas ruedas en las mejillas al estilo “Heidi”, le pintamos los párpados bien marcados, a los labios le untaron brillo con sabor a fresa y hasta le escribieron en la frente la palabra “Loca”. Posteriormente, sacaron de las carteras ganchitos, colitas, pinzas (de pana que escogieron las más feas) y se las colocaron todas en su cabello ensortijado.

Carlos G es negrito y de labios gruesos y se lo podrán imaginar totalmente maquillado de rosa fluorescente.
El tipo parecía María Moñitos o una de esas negritas que se ven en las costas, con el cabello lleno de trenzas de colores.
Alguien lo comparó con Farina de “La Pandillita”, pero el comentario mas gracioso fue este:

  • ¡Se parece a Celia Cruz! - gritó Astrid y todos terminamos privados de la risa.

Para cerrar con broche de oro, los muchachos tomaron un huevo de gallina, separaron la yema de la clara y se la vaciaron en las nalgas. Todos nos reíamos a carcajadas, incluso escribo esto y no paro de reírme, porque recuerdo el momento como si lo estuviese viviendo ahora mismo.
Acto final, se le realizó la sesión de fotos, incluso algunos de nosotros nos abrazamos a él sonriente, mientras los flashes explotaban y le daban mas brillo al rosado de su cara.

Lo más irónico del cuento es que toda esta locura ¡Había sido su idea!



Algo como esto quedó Carlos G después de la sesión de maquillaje impuesta por mis amigas


Horas más tarde, fuimos cayendo uno a uno (más por sueño y cansancio, que por cervezas, se los aseguro). Pero nuestro descanso matutino y el silencio del lugar fue interrumpido con el grito de Carlos G:

  • ¡Coño ´e su madre! ¿Qué me hicieron?
Todos nos quedamos callados, riéndonos en silencio en las diferentes habitaciones de la granja.

  • ¡Y hasta me cogieron, porque tengo el culo mojao! - gritaba histérico.

Nos levantamos privados de risa, le pedimos disculpas y después Carlos G también se lo tomó a chiste, todos nos reíamos mientras él observaba en el espejo “nuestra obra de arte” en su piel.

Pero el cuento no termina allí, resulta que las dichosas pinturas mágicas no se podían quitar hasta dentro de TRES DÍAS. Y por más que las muchachas quisieron quitársela a punta de crema desmaquilladora, jabón y hasta alcohol, NADA podía borrar ese rosado putón de la cara de Carlos G.
Para colmo, le tocó irse de El Eneal a Barquisimeto en autobús y los muchachos aprovecharon la situación para seguirlo jodiendo.
Los pasajeros del bus se le quedaban mirando y mis amigos decían en voz alta: ¿no le da pena a ese travesti salir maquillado a plena luz del día? Pero Carlos G sólo se reía y reía.
Definitivamente la adolescencia es la mejor etapa del ser humano, en la cual situaciones como estas, lucen simpáticas y graciosas debido a la edad.

¡No me toquen las tetas!
Otra caso gracioso de borrachera fue el que viví fue con unos alumnos del liceo Mario Briceño Iragorry.
Resulta que un grupo de muchachos querían formar un grupo teatral y me llamaron para que colaborara con ellos por recomendación de un amigo. Yo tenía un guión con una comedia que había escrito y pensé que estos jóvenes podrían llevarla a la tablas. Estuve trabajando con ellos un par de semanas y después de horas y días de ensayos, la presentación de la obra fue un éxito total, ya que nos aplaudieron de pie y hasta los profesores se rieron de las locuras de la pieza.
Después del estreno, nos fuimos a la casa de uno de ellos a celebrar. Recuerdo que en el lugar tenían puesto a todo volumen los merengues de Juan Luis Guerra, Diveana, Roberto Antonio y Los Melódicos.
No había nada para comer o picar, solo cerveza y cerveza.
Todos bailaban, pero con las horas, los muchachos se iban sentando porque ya se sentían mareados. Una de ellas, Marlene, seguía bailando a pesar de la dificultad de moverse que le producía la borrachera que cargaba encima y, como era de esperarse, se cayó y quedó tendida de espaldas y largo a largo en el suelo.
Todos se reían de ella, entonces corrí a recogerla y de inmediato se tapó los senos con las dos manos y me gritó:

-¡Tú no me quieres recoger del piso, tú lo que quieres es agarrarme las tetas!

Una carcajada grupal inundó el lugar e insistí en levantarla pero ella gritaba:

- ¡Tú lo que me quieres es apretar las tetas, pero no te voy a dejar!

Entonces no insistí más y otro muchacho también intentó socorrerla y la respuesta era siempre la misma:

  • ¡Tú lo que quieres es “majaretiame” las tetas y no te lo voy a per-mi-tir!
Otros más pretendieron ayudarla, pero perdieron su tiempo porque se negó a levantarse. Entonces, decidieron dejarla en el suelo. Marlene bailaba acostada, se contoneaba al ritmo de la voz de Roberto Antonio, movía los hombros y cuando alguna pareja se le acercaba mientras bailaba, les gritaba:

  • ¡Mis tetas, cuidado con mis tetas! Se las protegía con las manos, luego se reía y decía:

  • “Ustedes se están acercando porque echos los pendejos me quieren tocar las tetas”.

Curiosamente, pasó la noche tirada en la mitad de la sala, bailando acostada y allí se quedó dormida, mientras los demás danzaban a su alrededor.

A la mañana siguiente, se levantó de repente preguntando qué hacía en el suelo y cuando le contamos la historia, terminó molesta con nosotros porque no la alzamos del piso.
No nos creyó el cuento de las tetas y aún piensa que nos inventamos esa “comedia” para hacerla quedar en ridículo delante de todos. ¡Lo que hace el alcohol!



Mi amiga María Gutiérrez, quien también es abstemia, en una imagen de los 80's junto a Iván Gustavo. Nuestras fiestas estudiantiles eran en su casa

Borrachera importada
Ahora me toca contarles mi anécdota personal. Resulta que me he emborrachado solamente una vez en la vida y sucedió nada más y nada y menos que en México.
Conocí la capital mexicana por casualidad, porque iba rumbo a Canadá y tenía dos opciones: o me aguantaba unos minutos en el aeropuerto de New York para hacer una transferencia de avión, siempre y cuando pagara 170 dólares al gobierno gringo por estar sólo media hora en su país o me desviaba a México por 24 horas y de allí saldría a Montreal en un vuelo directo.
Opté por la segunda opción, ya que no iba a gastarme un realero por estar solo minutos en el aeropuerto norteamericano y así aprovechaba de conocer otro país que no estaba en mis planes.
Llegué al Distrito Federal cerca de las 6:00 pm de un vuelo procedente de Caracas. No había cenado y estaba muy agotado por el vuelo, pero igualmente quería aprovechar al máximo mi viaje a México y mi intención era dejar la maleta en el hotel y salir a pasear por la capital azteca.
Tomé un taxi en el aeropuerto y tuve la suerte que el chofer era un señor muy simpático y amistoso, que me llevó a un buen hotel que a su vez era módico y estaba bien ubicado.



Hotel Reforma Avenue de México DF, donde me quedé por 24 horas

Se llamaba “Hotel Reforma Avenue” y quedaba cerca del casco histórico de la ciudad y del afamado diario Excelsior. Era un edificio de varios pisos. El mismo señor se ofreció a pasearme por el Distrito Federal a un precio módico, así que después de dejar mis pertenencias en la habitación, comenzó el recorrido por esa hermosa metropoli.
El chofer me llevó a la famosa “Plaza Garibaldi”, uno de los atractivos turísticos del lugar, ya que hay muchos mariachis allí, que por unos cuantos pesos te hacen un concierto privado y personal.
Escogí a un muchacho que se parecía a Alejandro Fernández y le pedí que me cantara temas tradicionales de otras ciudades, ya que para NADA quería escuchar canciones tan populares como “La Ley del Monte”, “El Rey” o las composiciones de Juan Gabriel o Rocío Dúrcal, porque en mi país suenan en todos lados y estaba cansado de oírlas. Entonces el joven comenzó a cantar temas de Jalisco, Veracruz y demás estados y ciudades mexicanas. De repente, se acercó una “china mexicana”, vestida con ropa tradicional (vestido blanco con falda amplia y blusa bordada con grandes flores de colores, un rebozo o chal sobre los hombros, sandalias de cuero y tenía dos trenzas a lo Frida Kahlo), la chica tenía unas bandejitas de madera con shooters de Tequila. Se me acercó para obsequiarme uno y me negué de plano, pero el chofer y los mariachis insistieron que si estaba en México, debía tomar tequila.
Entonces para no despreciarlos, agarré uno de esos vasitos y comencé a sorberlo poco a poco y los mariachis se reían y me decían que así no se tomaba el tequila, que tenía que hacerlo como “los meros machos”, o sea, “zampármelo” de un solo golpe.
Respiré profundamente, me encomendé a todos los santos y de un solo trago me tomé el tequila. Pues aquello “me regañó”, sentí que la plaza saltó de un golpe y los grados del alcohol me llegaron a la cabeza.
El muchacho seguía cantando, yo me sentía un poco aturdido debido a la bebida y minutos después volvió la chica con la bandeja de tequilas. Me ofreció de nuevo, le dije que no y comenzaron otras vez las burlas de los mariachis, el chofer me decía que no los despreciara, que sería una ofensa para ellos y que disfrutara mi viaje al máximo. Entonces, me tomé el segundo shooter de un golpe y esta vez ese si me mareó, pero igual me mantenía en pie y con las ideas claras. Hasta que me tomé el tercero.
De allí no recuerdo más nada.



Mariachis en la Plaza Garibaldi de México

Abrí los ojos y estaba acostado en la cama del hotel vestido y con los zapatos puestos.
“Me robaron por borracho pendejo”, fue lo primero que pensé y cuando revisé mi cartera, mi dinero estaba intacto.
Me dolía horrible la cabeza y lo primero que hice fue meterla bajo la ducha fría. Cuando salí de la habitación con mi intención de buscar algo de desayunar, me dijo la chica de la recepción que un señor había venido muy temprano y que me había dejado una tarjeta con su número de teléfono.
Era el taxista y apenas lo llamé, me comentó que le debía los viajes de ayer y que lo hice reír mucho el día anterior. De verdad no entendía eso de que lo había hecho reír, porque nuestras conversaciones estuvieron basadas en los lugares turísticos e históricos.

Minutos después se apareció por el hotel y me abrazó de golpe y se carcajeaba.

  • ¡Híjole, como se la gozó usted ayer!
  • No sé de que me habla...
  • Pues compadrito, ayer usted se tomó como diez tequilas. Agarró tal borrachera que se abrazó a los mariachis y les pedía que le tocaran los temas de Juan Gabriel y Rocío Dúrcal y el que los cantaba era usted, porque no permitió que nadie más lo hiciera. Le dio por cantar “La Ley del Monte” y “El Rey” varias veces. Se puso “atacón” e intentó enamorar a una de las muchachas de los tequilas. Intentó besarla, la apretujaba y hasta le agarró el culo. Usted le propuso hasta matrimonio, decía que le trajeran a un cura ya porque se casaba allí mismo con la indiecita. Formó tanto relajo, que hasta puso a los gringos a hacer un trencito, usted fue la sensación de la noche.
Yo no podía creer lo que el señor me estaba contando. Pensé que me estaba jugando una broma y para comprobarme que todo lo que me relató era cierto, me llevó de nuevo a la “Plaza Garibaldi” y para mi sorpresa, los marichis me recibieron privados de la risa y con aplausos.



Fotografía de una "China mexicana" o "China poblana", como también se le conoce


“Aquí está el venezolano de ayer”, gritaban y se acercaron a mi sonrientes y saludándome con confianza.

  • “Gracias a usted ayer hicimos más dinero que de costumbre, porque usted le decía a los gringos que nos pagaran en dólares”. Comentó uno de ellos abrazándome por los hombros.
Me trajeron a la muchacha a la cual le pedí matrimonio a rastras, porque se moría de la vengüenza y con la mirada pegada al piso me interrogó si mis promesas de amor eran ciertas.
Le dije que estaba los efectos del alcohol, le pedí disculpas, incluso por el pellizcón de nalgas.
Les pregunté cuánto les debía y me gritaron al unísono: ¡NADA COMPADRE!...porque esa noche les hice ganar en dólares A TODOS, ya que cada turista que se aparecía, yo los llevaba hasta un mariachi y les insistía en que les pagara en moneda extranjera.
En agradecimiento, me regalaron una artesanía hecha a mano que es un sombrerito con un rebozo y con la palabra “México” impreso en tinta.
Me despidieron con aplausos, me invitaron que volviera una noche de estas y uno en broma me dijo que seguro me tendrían un cura por si me quería casar con alguna china mexicana.



Artesanía que me obsequiaron los mariachis de la Plaza Garibaldi, la prueba de una noche de copas...

Antes de montarme en el taxi, pregunté asustado:

  • ¿No saben si alguien me hizo fotos o videos de “esa noche”?
  • Lamentablemente no compadrito, porque cuando los gringos quisieron retratarlo, usted les decía en inglés: no hay tiempo para fotos, aquí se viene es a joder, a beber y a bailar, así que deje esa cámara en paz..
Eso me demostró que Dios realmente existe y que todos tenemos un ángel protector que nos cuida...¡Hasta de hacer el rídiculo en público!

José Luis Mata
Agosto 2012

Email: joseluismatasanchez@gmail.com - Twitter: @Mata_JoseLuis



Foto de la habitación que ocupé en el Hotel Reforma Avenue


Famosa estatua de la "Plaza Garibaldi"


Mariachis de la Plaza Garibaldi








domingo, 29 de julio de 2012

Más actividad paranormal


Las ánimas se aparecen en forma de procesión y con un líder que lleva la voz de mando del rezo


Definitivamente hay situaciones y hechos que escapan de la lógica y hasta de las manos de la ciencia. Hace unos días estaba viendo en el canal por cable “Bio” (Biography Channel) a un grupo de científicos, físicos y hasta un ingeniero civil que pasaron la noche en una supuesta casa embrujada para asegurar, a través de estudios y pruebas, que los fantasmas no existen, que sólo están en nuestras cabezas e imaginación.
Se llevaron al lugar grabadoras digitales, cámaras infrarrojas, aparatos de medición de energía, entre otros de alta tecnología. Cada ruido tenía una explicación lógica, lo mismo la temperatura fría del lugar. Muchos de ellos aseguraban que el miedo y la predisposición eran los creadores de los visiones fantasmales que la gente percibía en ese lugar.
Pero después de pasar toda la madrugada en esa casa y conseguirle explicación científica a los hechos extraños que allí ocurrían, resulta que se les presentó una figura borrosa frente a ellos que les gritó: “fuera de mi casa”, tocó a alguno de ellos y hasta le produjo una quemadura a uno de los investigadores.
Los científicos quedaron mudos, no sabían qué había pasado y su lógica y sus estudios no dieron con una explicación razonable. Sólo uno de ellos continúa escéptico y asegura que lo que vieron y escucharon fue producto del cansancio y el agotamiento por no dormir. Lo más asombroso es que este hecho quedó grabado en todos los artilugios que estos investigadores portaban y aún lo estudian para poder llegar a conclusiones científicas, sin resultado alguno hasta la fecha.
El mismo día que publiqué la primera parte de los hechos paranormales que experimenté en Venezuela, recibí muchos emails y mensajes a mi cuenta de Facebook de amigos y allegados que habían vivido experiencias con espantos, fantasmas o seres malignos. Todas eran asombrosas, pero la que más me impresionó fue la de una chica (me reservaré su nombre por respeto) a la cual le realizaron un hechizo con entes demoníacos y le brotaba de la piel el triple 6 (supuesto número del demonio) como si fueran quemaduras. Por meses estuvo sufriendo de pesadillas y males físicos, hasta que un sacerdote tuvo que exorcizarla y así pudo curarse de una vez por todas. Me envió fotografías de los seis que le aparecían en el cuerpo, tal como si fueran quemaduras. He aquí las fotos, no sin antes agradecer a Y.M. por enviármelas y contarme tu historia...



A Y.M. se le aparecían número seis en el cuerpo


Otros de los seis que se le aparecían en la piel


Encuentro con las ánimas
En Venezuela y en algunos países del Caribe, se le conoce como “Ánimas” a las almas de seres humanos que no ha logrado dormir el descanso eterno, no han alcanzado la luz de Dios o quienes murieron en paz pero de vez en cuando se levantan de sus tumbas para ayudar a las personas.
En España se les llama “La santa compaña” y dicen los viejos que quien la ve, formará parte de ese grupo cuando muera.
Las ánimas caminan en procesión y van rezando el santo rosario, alumbrándose con velas y caminando lento. Esta explicación sobre las ánimas me la dieron beatas, espiritistas, mediums y hasta estudiosos de teología o hechos paranormales.
Existen dos tipos de ánimas, las del purgatorio, que necesitan expiarse de culpas para poder descansar en paz, ya que en vidas fueron asesinos, ladrones, etc. Y las ánimas benditas, que fueron personas buenas que aún desean ayudar al próximo después de muertas.
Las ancianas y duchos en el tema señalan que se les alumbra con una vela blanca los días lunes y conceden las peticiones que se les piden. El problema es que si no les pagas el favor con una vela, aparecerán a cobrártela o a recordarte la deuda que tienes con ellas.
Sé que las ánimas existen porque me topé con ellas por accidente y, por fortuna, con un testigo ocular incluído.
Resulta que en el año 2001 me fue a visitar a Venezuela un modelo argentino llamado Ariel Dieguez. Este chico fue a nuestro país a cumplir con unos compromisos laborales en Caracas, donde hizo catálogos y comerciales para televisión.
Nos estuvimos comunicando por teléfono, hasta que me fue a visitar a Barquisimeto. Pasaría sólo 7 días la ciudad, así que planificamos desde salidas al cine hasta presentarle amigos, para que aprovechara al máximo su estadía. Como hecho curioso, mis amigas descubrieron el atractivo físico de Ariel y recuerdo que mi apartamento de “La Moneda” vivía lleno de mujeres que, “por casualidad” pasaban por allí y se acordaron de visitarme.



Ariel es un modelo argentino que fue a realizar trabajos en Venezuela en el 2001


El día del retorno de Dieguez a su país, tenía que tomar el avión de las 6:00 AM para Caracas y de allí partiría a Buenos Aires al mediodía. Me dijo que deseaba estar al menos hora y media antes de la hora indicada de su vuelo en el aeropuerto de Barquisimeto, para así prevenir posibles retrasos. Colocamos el reloj despertador a las 4:00 AM y mientras yo hacía el café, él se duchaba, posteriormente tomó sus maletas y a las 4:30 AM estábamos frente a edificio “La Moneda” de Barquisimeto, en la carrera 19 esquina calle 23, esperando un taxi.
Había frío y sólo unos pocos automóviles pasaban frente a nosotros. De repente, de la calle 24 salió una procesión, eran aproximadamente unas 15 personas, portaban velas blancas y venían rezando el “Padre nuestro”. Era liderada por un sacerdote con marcado acento español y de cabello rojizo que dirigía el rezo con altavoz de sonido chillón. Vestía una especie de batola blanca y lllevaba encima esa tira gruesa color violeta que usan los curas en los hombros para dar la misa.
Me llamó la atención que todos iban con cara de sueño, como cansados, el caminar era lento y todos iban mirando recto o a las velas. Sólo una gordita, ojerosa, ataviada de jean y cabello negro al estilo “paje”, se me quedó mirando.

  • Si no es porque estás aquí y escucho sus pasos, pensaría que son las ánimas – le comenté a Ariel
  • ¿Qué son las ánimas?
  • Muertos, se dice que son almas que no descansan en paz y necesitan luces, o sea, que las alumbren con velas para poder ascender a los cielos. Bueno, eso era lo que mi abuela Juana comentaba...

El modelo me tomó asustado por el brazo y me dijo con tono nervioso: ¡me estás jodiendo, dime que es una broma lo que me estás diciendo!

  • Espero no estar equivocado, pero...¿cómo explicas que nos topemos con una supuesta procesión a las 4:30 AM en pleno mes de septiembre y no en Semana Santa, que es cuando normalmente se realizan estas actividades religiosas?


Exactamente donde están colocados esos libros en la Plaza "La Moneda" de Barquisimeto estábamos Ariel y yo esperando el taxi a las 4:30 AM


Ambos nos quedamos mudos, viendo como se alejaban los penitentes, quienes cruzaron en la calle 19.
Minutos después, Ariel tomó su taxi y yo volví a mi apartamento algo confundido y jurándome a mi mismo que lo que ví fueron realmente seres humanos y no fantasmas.
Al día siguiente, me acerqué a la Iglesia San Francisco, ubicada en la carrera 17 entre las calles 22 y 23, de donde supuestamente salió la procesión. Le pregunté al sacerdote que se encontraba allí si había salido un grupo de personas en horas de la madrugada a rezar por las calles de Barquisimeto. Me dijo que el único evento católico que se hace de madrugada es la “Misa del Gallo” y se realizan en diciembre, a las 6:00 AM. También me aclaró que lo que supuestamente vi era un “Vía Crucis” y que sólo se realiza en la Semana Santa y en horas del día. Me preguntó si usaba drogas y cuando le dije que no fumaba, ni bebo alcohol, entonces me aseguró que lo que ví fue parte de un sueño y que confundí la realidad con el mundo onírico. Resultó psicólogo el curita...jejeje
Su explicación no me convenció y llamé por teléfono a un amigo que es muy católico, que me repitió lo mismo del cura de la Iglesia San Francisco. Mi último intento lo hice en la Iglesia Altagracia, ubicada en la calle 19 entre carreras 19 y 20, donde cruzó la procesión y el sacerdote me repitió la misma explicación. Pasaron los días y olvidé lo sucedido.



Toma fotográfica de la carrera 19 esquina calle 24 de Barquisimeto, de donde salió la procesión de muertos


Siete días después me fue a visitar un amigo que es espiritista y me dijo: “vengo a traerte un mensaje de las ánimas”. Cuando me comentó eso me pareció raro, porque no le había contado a nadie lo de la supuesta procesión que ví, salvo a los sacerdotes que antes nombré.

-¿De qué hablas? - le dije haciéndome el tonto

  • Sabes de qué hablo ¡No te hagas el pendejo! Hace siete días viste a las ánimas, aquí frente a tu apartamento. Es más, el mensaje te lo envía la gordita de cabello negro que se te quedó mirando...

Me dejó mudo. Me explicó que las ánimas me estaban protegiendo y que la advertencia de la gordita era para que me preparara psicológicamente porque mi madre enfermaría de gravedad. Me limité a oírlo, mi lógica no me permitía creer lo que estaba escuchando. Por días pensé en aquella extraña situación y entonces, buscándole un sentido a lo sucedido, me dió por averiguar sobre el tema y me topé con las historias de la Iglesia San Francisco y la de la Iglesia Altagracia. Resulta que la Iglesia San Francisco fue la primera catedral de Barquisimeto y allí se asentaron muchos sacerdotes españoles, que a su vez vivían en el seminario, hoy convertido en el Colegio Diocesano de Barquisimeto, donde por cierto, estudié mi bachillerato.



Iglesia Altagracia de Barquisimeto, Venezuela


En cuanto a la Iglesia Altagracia, está ubicada frente a la plaza con el mismo nombre, la cual es la más antigua de la ciudad, ya que data de la época de colonia española y en ese lugar era donde se aniquilaban a los esclavos, ladrones o rebeldes. Los ahorcaban en los árboles, los fusilaban o les caían a latigazos. Lo más curioso es que en estos actos siempre estaba presente un sacerdote, como representación de la Iglesia Católica. Ahora entendí porque las ánimas salieron y arribaron a estos lugares, posiblemente se trate de esas almas torturadas que buscan la aprobación de Dios.
En el 2011, durante mi segunda vuelta laboral al Diario El Impulso, una compañera de labores contó que un familiar se llevó un gran susto, cuando se topó con una procesión en horas de la madrugada en la carrera 19 con la calle 23. Detalló lo mismo que había vivido con Ariel y hasta describió al mismo sacerdote que yo ví.
Finalizó diciendo que varias personas conocidas habían han visto a las ánimas en ese lugar y entonces pensé: No estabas loco José Luis, de verdad no lo estabas...¡Lo que viste fue de verdad!

José Luis Mata – joseluismatasanchez@gmail.com - @Mata_JoseLuis
Julio 2012



Reportaje de la televisión española sobre las ánimas del purgatorio


Cortometraje español que muestra a la Santa Compaña o Ánimas


Reportaje del afamado programa español de temas paranormales "Cuarto Milenio" sobre las ánimas o Santa Compaña



Plaza Altagracia de Barquisimeto, la más antigua de la ciudad


En España la llaman "La Santa Compaña" y en el Caribe se les conoce como las "Ánimas"













sábado, 14 de julio de 2012

Actividad Paranormal



Mi apartamento tipo estudio ubicado en el edificio "La Moneda" en pleno centro de la ciudad. Allí me sucedieron eventos y hechos extraños.

Creo en Dios. Pero no soy un fanático religioso, ni me doy golpes de pecho. Es más, me molesta enormemente cuando algunos creyentes pretenden obligarte a que creas su verdad y su manera de adorar a Dios, basados en una interpretación personal de la biblia. Lamentablemente esos son los que juzgan y señalan con el dedo los actos o comportamientos de los demás que ellos consideran pecado. Pero tristemente no se miran así mismos...y juzgan utilizando frases bíblicas, que es lo peor.
Desde mi punto de vista Dios es amor, aceptación, ayuda al necesitado y no lo veo como un ser castigador o vengativo tal como algunas religiones lo pintan.
La misma biblia señala que cuando Jesús vino estuvo en la tierra, se rodeó de los rechazados socialmente, de los enfermos, de los más pobres y nunca los juzgo, al contrario, los aceptó y ayudó.
Para mi el Todopoderoso no está solamente en las iglesias, sino también en la sonrisas de los niños, en la belleza de la naturaleza y en todo acto o situación que tenga al bien y las buenas intenciones como la herramienta principal.
Creo en energías, tanto positivas como negativas, y en una oportunidad vi un reportaje sobre un científico asiático el cual tomó dos vasos de agua, los colocó sobre una mesa y realizó el siguiente experimento: al primer vaso de agua lo insultó y hasta lo maldijo, luego colocó una gota de esa agua bajo un microscópio y se encontró con el agua se veía turbia, llena de microbios y tenía formas extrañas. Posteriormente, al otro vaso lo bendijo, le cantó temas de amor y al colocarlo bajo el microscópio, el agua se veía trasparente, estaba carente de microbios y se podían ver formas hermosas. Su experimento demostró que las energías se pueden trasmitir....
Basado en estas energías, les voy a contar unas historias que viví y que están protagonizadas por fantasmas, espíritus o energías. No pretendo que me crean, porque hay situaciones que escapan hasta del conocimiento científico y de alguna explicación lógica por mi parte, pero si me gustaría compartir estas anécdotas que me resultan curiosas y, que por fortuna, las viví con varias personas que ahora son mis testigos oculares o auditivos y que demuestran que no estoy loco o que experimentamos una locura colectiva.



El supuesto fantasma de una niña se aparecía en el centro cultural


Mi primer caso lo viví en los noventa. Laboraba como productor para la desaparecida institución Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), sede Barquisimeto. La misma estaba ubicada en una casa colonial que pertenece a una renombrada familia larense. Se trata de un caserón con varias salas, un patio central con una fuente y un gran patio, que se supone que en el pasado era una caballeriza.
Una de las habitaciones fue pintada totalmente de negro, para darle un carácter más dramático al lugar, así como para presentar allí piezas teatrales basadas en la noche u otras temáticas relacionadas con dicho color.
Se le conocía como “La Sala Negra” y tiene dos ventanales gigantes que dan a la calle y cuando se cierran, la habitación queda completamente a oscuras.
Los habitantes y trabajadores del TNJV decían que habían visto o escuchado al fantasma de una niña que jugaba por el caserón con una pelota, pero que hacía más ruido dentro de “La Sala Negra”.
Uno de los actores me contó que una noche se quedó durmiendo en la sede y cerca de las tres de la mañana escuchó risas y el sonido de una pelota que rebotaba.
Dormido, se levantó a ver qué sucedía y se encontró con una niña corriendo por el patio central tras una pelota. El susto fue tal, que corrió de inmediato a la cama y se escondió bajo las sábanas. Me dijo que el ruido continuó hasta que salió el sol, desde entonces, no se quedó nunca más a dormir en ese lugar.
Una mañana, llegué a trabajar poco antes de las 8:00 am. Estábamos solos la señora que limpiaba y yo. La oficina principal quedaba al lado de “La Sala Negra” y se comunicaban a través de un pasillo que albergaba los vestuarios de los artistas. En el techo de ese pasillo colgaba una rejilla metálica donde colgaban varios trajes y vestidos en ganchos, la misma está sostenida por cadenas que, a su vez, estaban atadas a los gruesos maderos que sostenían los techos.
Mientras organizaba las cartas que iba a enviar a los patrocinantes y colaboradores de la institución teatral, comencé a escuchar ruidos en “La Sala Negra”. Se oían risas infantiles y como el ruido del rebote de una pelota.
Pensé que los sonidos venían de la calle y continué con mi labor, pero los ruidos seguían y para comprobar que no estaba loco y que realmente los estaba escuchando, llamé a la señora que limpia, que se acercó al lugar y apenas oyó las risas y los rebotes, soltó la escoba y se fue corriendo muy asustada a la calle.
Por largo rato siguieron los extraños ruidos, pero cesaron apenas llegó parte del personal. La señora de la limpieza retornó una hora después, aún pálida del susto, y le contó a un grupo de actores lo sucedido.
Algunos se lo tomaron a chiste, otros no ocultaron su nerviosismo.
Entraron a la oficina principal, con la intención de yo también que les contara lo que había oído, pero la señora de la limpieza “se robó el show” porque estaba tan excitada y asustada, que ella era quien relataba lo sucedido en voz alta y batiendo los brazos al aire.
Medio personal se reunió en el lugar para escuchar la historia en detalle, pero cuando algunos de ellos comenzaron a burlarse y decir que todo lo sucedido era producto de nuestra imaginación, la rejilla con cadenas se cayó de golpe del techo, haciendo un gran ruido, que todos salieron corriendo espantados. Era IMPOSIBLE que esas cadenas se fueran rotos de la nada debido al grosor de las mismas y mucho menos que los trajes se cayeron de repente debido a algún viento fuerte, ya que las ventanas estaban cerradas.



Reportaje sobre el experimento del científico japonés que descubrió energías en el agua

Días después, una de las actrices trajo a una medium al lugar y ésta comenzó a conversar con el supuesto espíritu de la niña en “La Sala Negra”. Según esta señora, la infante no había aceptado que estaba muerta y por eso no se quería ir de la que era su habitación y menos de la casa de sus padres.
Meses más tarde, apareció una anciana pidiendo limosna y cuando entró al lugar, dijo que había trabajado allí como ayudante de cocina. Comentó que en “La Sala Negra” dormía la niña de la casa, pero que se murió porque le cayó encima una pared que estaban construyendo. Aseguró que la infante estaba enterrada en los alrededores de la fuente. Todos quedamos asombrados con su historia...
Meses más tarde, le alquilaron a unas empresarias el patio central de la sede del TNJV para crear un bar al que llamaron “Kabuki”. Cuando mandaron a arreglar la fuente que tenía años sin funcionar, los obreros comenzaron a cavar para cambiar los tubos de agua del artefacto que estaban dañados por la antigüedad y...¡Sorpresa!...Se encontraron con unos huesos, no se sabía si eran de algún animal o de un ser humano, pero todos pensamos en que eran los restos óseos de la niña.
Medio personal del TNJV salimos a verlos y reinó un gran silencio, que aún me pregunto que pensaron los escépticos cuando vieron la osamenta.
Para nadie es un secreto que antes las personas enterraban a sus familiares dentro de la misma casa, el hecho está en que ese mismo lugar, se encontraron huesos de caballos en el patio cuando intentaban acomodarlo para echarle cemento, se supone que allí estaba la caballeriza. Aún los habitantes de la casa de este centro cultural siguen escuchando a esta niña en horas de la noche, pero aseguran que ya están acostumbrados a ella y no les da miedo.



Un parapsicólogo español explica en esta entrevista qué son los fantasmas y si realmente existen


Un apartamento embrujado

A principios del 2000 escribía para la revista “Gala” y el suplemento “Entre Amigos”, ya que comencé a laborar en el Diario El Impulso después de trabajar años en diferentes radioemisoras de la ciudad. Poco después me mudé al Edificio “La Moneda”, una obra arquitectónica que data la década de los 50's y está ubicada en la carrera 19 con calle 23, en Barquisimeto, Venezuela. El apartamento que alquilé era tipo estudio y estaba conformado por un gran salón, un cuarto de baño y un balcón con una puerta corrediza de vidrio que daba a la calle.
Por vivir en pleno centro de la ciudad, era visitado a diario por amigos, ex compañeros de labores o estudios y conocidos.
Mi apartamento era un mini “Disneylandia” según sus visitantes, porque allí tenía cientos de discos, películas en DVD, libros y revistas, así que quien iba al lugar se entretenía sí o sí con todo este material.
Un día, un amigo espiritista estuvo en mi apartamento y me dijo que el lugar era una especie de “puerta espiritual” por donde entraba y salían espíritus de todo tipo.
Honestamente no le creí, pero con el tiempo, comenzaron a suceder cosas extrañas que me hicieron tomar sus palabras muy en serio.
En una oportunidad, él mismo fue a trabajar en mi computadora unos diseños publicitarios, ya que es diseñador gráfico. Yo había comprado un par de discos compactos con las leyendas tradicionales de Venezuela. Los Cds contenían las historias dramatizadas del silbón, la llorona, Florentino y el Diablo, Juan Machete y otras que se cuentan en los llanos y campos de mi país, las cuales quería conservar por ser parte de nuestro folklore.
Mi amigo me dijo que las colocara en el reproductor de música, que algunas no las conocía y juntos decidimos oír la leyenda de Juan Machete.
Yo me acosté en la cama en silencio a escuchar con atención la historia, mientras mi amigo estaba a espaldas de mi, sentado en un escritorio diseñando en mi computadora.
Honestamente, el cuento era bien macabro, porque hablaba de un pacto diabólico, pero yo lo tomaba más como un cuento popular, que como un hecho real.
Minutos después, mi amigo comenzó a reírse, hecho que me pareció extraño, ya que la historia era tan fatalista y oscura, que de verdad no tenía gracia alguna.
Su risa se tornó en una carcajada, parecía que se burlaba de la leyenda que estábamos escuchando y le pregunté: coño, ¿dime qué te parece gracioso?, porque hasta ahora no escuché ningún chiste...
Pero él se limitaba a reírse en voz alta, y de repente, se tiró hacia atrás con tanta fuerza, que cayó sentado en el piso. Sus ojos estaba en blanco y se reía de manera macabra. Corrí a levantarlo y me gritó: “no me toques” con una voz muy gruesa.



Imagen del primer carnet cuando entré a trabajar con el staff de la revista "Gala" del Diario El Impulso de Barquisimeto


Pensé que era una broma y comencé a decirle que no me parecía de buen gusto lo que estaba haciendo, sin embargo, comenzó a vociferar malas palabras, me decía que era un espíritu negro y que lo habíamos llamado gracias a la grabación tan macabra que estábamos escuchando.
No le creía. Mi lógica me decía que mi pana me estaba jugando una broma.

¡Déjate de ridiculeces! – le dije muy serio y concluí: ¡Párate y sigue trabajando!

Pero él continuó en el suelo y me gritaba malas palabras con los ojos totalmente en blanco.

  • ¿No me crees? - me preguntó sonriente
  • Pues no, anda a vacilar a tu abuela pajúo...

Entonces, un plato de porcelana que tenía sobre la mesa de adorno, voló por el aire y se estrelló contra una pared.

  • ¿Quieres más muestras? - amenazó sonriente
  • Pues seas lo que seas, no te tengo miedo – le dije muy seguro

Acto seguido, agarré un gran rosario con un crucifijo de madera que tenía colgado en la pared, se lo coloqué en la frente y mi amigo gritaba con una voz muy gruesa, me decía que lo estaba quemando, que lo dejara en paz.
Comencé a rezar y mi amigo me golpeaba, como evitando que lo hiciera. El perro de mi vecino aullaba de manera extraña y el apartamento se puso muy frío.
Poco después de tanto rezo, mi amigo guardó silencio y cayó desmayado unos segundos. Al abrir los ojos, me preguntó: ¿qué hago yo en el suelo?
Le conté lo sucedido y se asustó mucho. Me juró que no era una broma, me dijo que le dio como sueño y se quedó dormido unos segundos, pero que no recordaba nada de lo que había pasado. Me insistió que mi apartamento era una puerta de entrada de espíritus, una especie de ascensor donde entraban y salían entes, y que si yo llamaba malas energía, éstas vendrían.
Uno de los detalles que me llamaba la atención del edificio era que la planta baja siempre estaba en penumbras. Colocaban bombillos nuevos casi toda la semana, pero se quemaban minutos después y toda persona espitual o medium que me visitaba, comentaban que ellos escuchaban en la planta baja quejas, llantos y gritos de dolor.
Un día me tocó visitar a un historiador por razones de trabajo. La revista “Gala” íba a hacer un especial sobre Barquisimeto y me tocaba averiguar cómo era la ciudad en la época de la colonia.
Se me ocurrió preguntarle por el edificio “La Moneda” y me dijo, entre otras cosas, que había sido uno de los más lujosos de su época, pero que su importancia es más histórica, porque fue la sede de la desaparecida Seguridad Nacional durante la época de Pérez Jiménez. Me comentó que en la planta baja estaban ubicadas las salas de torturas e interrogatorios y las mantenían siempre oscuras para que nadie notara que sucedía allí y que en el primer piso (donde quedaba mi apartamento) estaban instaladas las oficinas y allí se decidía a quién perseguir, torturar y matar.
Conociendo el pasado oscuro de este edificio, tiene sentido que allí se perciban tantas energías negativas y más sentido le encuentro a que mis amigos mediums escuchen llantos y lamentos en la planta baja, que aún sigue oscura y creen que el problema es eléctrico.

José Luis Mata – joseluismatasanchez@gmail.com - @Mata_JoseLuis
Julio 2012



Escena la famosa telenovela "Estefanía" (1979) que trasmitía RCTV, la cual mostraba las torturas e interrogatorios que se ejecutaban en las sedes de la Seguridad Nacional en la época de Pérez Jiménez



Plaza "La Moneda", donde se encuentra ubicado el edificio del mismo nombre. Es famosa por la venta de libros de segunda mano



"La Leyenda de Juan Machete", audio del tenebroso cuento


Segunda y última parte de "La Leyenda de Juan Machete"



sábado, 23 de junio de 2012

Los “Gringos” de Barrio Unión



Foto que me hice en el 2001 en Montreal, Canadá. Allí estaba en el jardín de Alvaro, quien amablemente me recibió en su departamento y la foto me la tomó mi amiga María Teresa

Siempre he pensado que a pesar de todos sus defectos o virtudes, Venezuela es el mejor país y el más bello del mundo. Sé que suena irónico, ya que vivo en el extranjero, pero cuando se vive lejos de la tierra que te vió nacer, se extrañan más sus comidas, su gente, sus paisajes, sus colores...¡TODO!
Todas las actividades que he hecho y haré fuera las fronteras venezolanas, siempre ha sido pensando en mi país y en mi gente, en alzar el nombre de Venezuela en el mundo.
Lamentablemente, no todos piensan como yo. Durante mis viajes y estadías por el “Primer Mundo”, me he encontrado con venezolanos que rechazan su raza, desprecian a nuestro país y se creen alemanes, belgas, ingleses o del país donde emigraron. Lo más triste es que su aspecto criollo no lo pueden disimular, a pesar de utilizar acentos extranjeros o se disfracen con las vestimentas del país que los acogió.
Con dolor tengo que reconocer que algunos venezolanos que conocí y que residen fuera de su país descargan a Venezuela y sólo recuerdan lo malo, lo negativo y las historias más horrorosas que vivieron en su terruño natal. Todos esos resentimientos son las causas aparentes y los justificativos que utilizan los que yo bauticé como los “Gringos de Barrio Unión” para aborrecer a su país y que me disculpen los habitantes del Barrio Unión de Barquisimeto, pero esto no tiene nada que ver con ellos, sino que utilicé ese nombre porque todos estos “Odia Venezuela” provienen de barrios u orígenes humildes y los une los mismos ideales, o sea, olvidar al país que dejaron atrás.
Antes de ir a Montreal, Canadá, en el año 2001, una señora me pidió que por favor visitara a su hijo que tenía tiempo que no veía, ni sabía de él. Me dió su número de teléfono y unas fotos envueltas en papel para que se las entregara.
“Espero las imágenes le remuevan los recuerdos y así se acuerda que tiene madre”, me dijo la anciana con tono de tristeza.
Días después que me instalé en el barrio de Plamondon de Montreal, llamé a este muchacho desde una cabina telefónica en la calle, pero me cayó un contestador que decía unas palabras en inglés y que dejara el mensaje después del tono. Como se supone que iba a hablar con un paisano mío, le dejé grabado el número de la casa donde me estaba quedando en español. En horas de la noche, me devolvió la llamada, la voz tenía un marcado acento norteamericano.

  • ¿Hablo con el senior Mata, po favó?
  • Si hablas con él, ¿quién es?
  • You llamar a mi house, ¿qué querer?
  • Disculpa, es que tu mamá te envió algo conmigo...
  • ¿Tú hablar inglés? ¡Porque no entender nada!
  • Yes, I speak english

Entonces comenzamos a conversar en inglés y me dió su dirección. Quedamos en vernos un sábado a las 7:30 pm, no si antes advertirme que sólo me atendería media hora porque estaba muy ocupado.
Al colgar, pensé que el chico tenía muchos años viviendo en Canadá, porque su español era deficiente.
El día acordado llegó, el jóven vivía en una de las mejores zonas de la ciudad y para llegar hasta allá, me tocó tomar varios metros porque me perdí y más aun cuando se tienen sólo unos días en una ciudad totalmente desconocida para un recién llegado como yo.
Afortunadamente, me fui temprano previniendo el adivinar cómo llegar al lugar. Cuando estuve frente a su puerta y toqué el timbre, su saludo en inglés fue: “llegas tarde 3 minutos”...
Se trataba de un muchacho moreno, bastante oscuro, cabello ensortijado, delgado y de baja estatura, o sea, más venezolano no se puede.

  • Discúlpame, pero me perdí en dos oportunidades, las líneas del metro me confundieron...
  • Mucho gusto, soy Enrique (nombre falso para proteger su identidad), okey, al grano, ¿qué quiere mi mamá?
  • No lo sé. Te mandó este sobre...   

  • Lo abrió en silencio, miró las fotos de reojo y leyó la carta en español. Mientras tanto, yo observaba la casa, y noté que tenía el televisor encendido con un juego de fútbol americano y música rap a todo volumen a la vez. De repente, salió un tipo altísimo de aspecto nórdico de una habitación y Ernesto me dijo:
  • Él es norteamericano, es mi pareja y no habla español, así que continuaremos nuestra conversación en inglés para que él no se sienta excluido.
  • ¡Está bien!...¿cuánto tiempo tienes en Canadá?
  • Un año...
  • ¿Y cuándo te fuiste de Venezuela?
  • Hace un año...

Entonces comencé a hablarle en español, hecho que no le gustó para nada.

  • ¿Por qué tienes acento gringo si sólo tienes 12 meses en este país?
  • (Con marcado acento venezolano me respondió molesto) Porque no quiero que se me relacione con esa mierda de país.
  • No se llama mierda, se llama Venezuela y allí naciste, te criaste y viviste hasta hace 12 meses guevón, ¿o se te olvidó?
  • Mira, si me vas a venir con temitas de orgullo nacional, te puedes ir yendo...
  • No te preocupes que ganas de irme no me faltan.

El gringo, viendo que nuestro tono se tornó agresivo, intervino:

  • ¿What´s wrong? (¿Qué pasa?)
  • Nothing my love, nothing (Nada mi amor, nada)

Siguió viendo el juego y de repente sonó como una alarma de reloj, Ernesto lo había programado para que sonara media hora después.

  • Ya tu tiempo se agotó, te pido no le digas nada a mi mamá, dile que no me viste y que no pudiste contactarme, ¿está bien?
  • ¡Está bien!
  • Ven y te acompaño a la puerta, siento decepcionarte, pero espero entiendas que no quiero nada con el Tercer Mundo y si pudiera cambiarme el color de piel y borrar mi pasado venezolano lo haría. No te imaginas cómo odio a Venezuela.
  • ¿Sufriste algún trauma o una mala experiencia en nuestro país para que lo aborrescas con tantas ganas?
  • ¿No te parecen suficiente los tierrúos, los negros y la gente ordinaria y fea que habita allí como para despreciar a ese país?
  • (Tomé un respiro para no meterle un golpe, porque era lo que se merecía, pero me contuve) Chico, ¿tú no te estás visto en un espejo? Aparte de mal educado y desubicado, tienes en tu ser todo lo que desprecias de Venezuela, además de chulo y marico...

Se quedó mudo y a mis espaldas sonó un portazo, que me dejó sordo unos minutos.
Gracias a Dios, de este personaje no supe nada más, ni quiero saber tampoco....



Fotografía de mi primera nevada en Salaberry de Valleyfield, una ciudad cerca de Montreal. Era la primera vez en la vida que veía nieve...


Antes de continuar con esta historia, debo aclarar algo: NO SOY RACISTA, NI DISCRIMINO A NADIE, acepto a las personas tal como son, el hecho está en que he tratado desde travestis hasta personas que practican sadomasoquismo, hecho que me ha valido críticas y hasta me han juzgado mal simplemente por tener trato con personas rechazadas socialmente. Pero considero que no soy nadie para criticar a la gente y menos para controlarles sus vidas. Lo que me molesta realmente son las personas que ven defectos en los demás y no se ven los propios. Destrozan a sus semejantes y no se miran a si mismos. Bien lo decía mi abuela: “el mono no ve su rabo, para mirarle el rabo a los otros monos”.
Me enojó enormemente que Ernesto rechace a nuestra gente y más por razones tan absurdas como el aspecto físico y por razones de status social. Más frivolidad y “cabezahuequismo” no se puede.
Parece que este estúpido no tiene espejo en su casa y no se da cuenta que es más criollo que una arepa y que lo único que tiene de canadiense es la casa donde habita y el papel legal que le da permiso para habitar en ese país. ¡NADA MÁS!



Maricarmen Clay, una venezolana radicada en Esslingen, Alemania. Está casada con un alemán, tiene dos niños y es la creadora de una agrupación de danzas folklóricas venezolanas, con la que se ha presentado por toda Alemania, exaltando nuestra cultura en Europa. En la foto aparece con su hijo menor, quien por cierto, ya sabe bailar joropo...


Lamentablemente, conocí en el extranjero varios casos como éste.
En España traté a un muchacho que hablaba con marcado acento madrileño y éste creía que, por hablar como los capitalinos ibéricos, iba a transformar de manera radical su físico latinoamericano.
En Alemania me presentaron a una marabina que se teñía el cabello de rubio y utilizaba lentes de contactos azules para disimular sus genes goajiros y, se creía tan alemana, que hasta sustituyó su nombre en español por uno germánico y de manera legal. Incluso le ofendía que la llamaran por su nombre venezolano. Si antes se llamada Yusneida del Carmen Prieto Perez (nombre inventado para proteger su identidad), ahora es Greta Ingeborn Heinz Guttenberg, pero la pinta de “Lila Morillo” no se la quitaba NADA, ni NADIE. Ni siquiera la pintura rubia platinada de su cabello mal desrrizado pudo borrar sus raíces indígenas y mucho menos los plásticos azules que utilizaba en sus achinados ojos.
También conocí venezolanos que se quedaban en el Primer Mundo, porque allá hay cosas que no se consiguen en nuestro país, como por ejemplo: marcas de renombre o tecnología de punta, pero de vaina tienen para comer y los realitos les alcanza sólo para pagar las deudas.
Puedo entender y, es lógico, que uno debe amar el país extranjero que te recibe, así como adaptarse a su cultura, clima, gastronomía, idioma, etc...pero de allí a querer ser un “nativo puro”, pues veo esa reacción como un gravísimo problema de autoestima y creo que se convierte en un peo patológico cuando les da por odiar al país que los vió nacer.



En el Primer Mundo conocí a varias venezolanas con el cabello teñido de platinado, pero no por moda, sino porque deseaban ser "rubias nativas" y querían borrar con pintura sus raíces latinoamericanas


Caso contrario sucede con los colombianos, que AMAN a su tierra por encima de cualquier cosa.
Todas las casas de colombianos que visité durante mi estadía en Europa, TODAS tenían un detalle que les recordara su país, ya sea una bandera, una foto de un paisaje o alguna artesanía típica.
Cuando se les habla de Colombia, se ponen nostálgicos, recuerdan lo bueno, lo bonito y lo mejor de su país. Ninguno de ellos me habló de la guerrilla, ni de la droga, sino de los bellos paisajes de sus lugares de nacimientos, de su comida tradicional y hasta de su música.

Aclaro también que conocí en el extranjeros a venezolanos que AMAN a su país, que extrañan a su terruño natal y con los que me reuní, más de una vez, para comer arepas, un buen plato de caraotas, bailar la música de Billo´s o simplemente, para repartirnos las nostalgias del país que miramos desde lejos y que no se deja de extrañar NUNCA porque orgullosamente nacimos y crecimos allí.



Mi primera fiesta venezolana en Europa. Fue en el departamento de mi amigo Pedro Linarez en Sevilla, España, en el año 2005 y la pasamos súper bien, incluso escuchamos la música de la "Billo´s Caracas Boys" y de "Un solo pueblo". Extrañaba mucho mi acento y mi gente, y esta reunión me devolvió la energía venezolana que estaba necesitando para aquel entonces...¡Cómo nos reímos!


Creo que ese sentimiento de pertenencia y amor por lo nuestro es el que nos hace falta a los venezolanos. Apoyar nuestro joropo u otra danza tradicional no es un hecho “tierrúo” u ordinario como algunas personas lo ven. En México, por ejemplo, cualquier celebración, hasta la más fina y elegante, incluye música típica, por eso me alegra que en eventos como el Miss Venezuela, incluyan presentaciones con temas folklóricos.
Ya está bueno ver a nuestro país como un banco que se roba y se disfrutan los reales en otros lados. La política no debería trasformar el ánimo de los venezolanos y menos controlarle sus vidas o separarnos. Ya basta de quejarnos y no hacer nada. También tenemos un lado muy hermoso como nuestra hospitalidad, una naturaleza hermosa, la gastronomía y más cosas que tenemos para exaltar, promocionar y, sobre todo, amarlo por sobre todas las cosas, porque Venezuela es nuestra madre y a la madre ni se le pega, ni se le ofende, se le adora y se le respeta.

¡VIVA VENEZUELA!

José Luis Mata – Junio 2012



Niños venezolanos bailando música folklórica en un colegio de los Estados Unidos


Venezolanos en el extranjero aconsejan a los que deseen emigrar


Músicos venezolanos tocando cuatro y arpa en el barrio de Santa Catherine, en Montreal, Canadá



Fotografía de su la señora Fanny Sepúlveda y su hija Carolina. Esta foto se las tomé durante la fiesta de cumpleaños de Fanny en el 2004, en el departamento de ambas en Bruselas, Bélgica. Estas dos hermosas colombianas me tiendieron la mano en ese país y con ellas compartí hermosos momentos en la capital belga. Les estaré eternamente agradecido...